Por supuesto que aúllo por él: es mi amigo

Por supuesto que aúllo por él: es mi amigo

/ La misma escena se repite tanto en lo profundo del bosque como en las instalaciones del Centro de Ciencias del Lobo [Wolf Science Center] de Ernstbrunn, Austria: un miembro de una manada de lobos se ausenta y los que se quedan comienzan a aullar. ¿Por qué?

¿Acaso son presa de una ansiedad por no tener a la manada completa? ¿Acaso aullan para que su amigo se guíe en su camino a casa? ¿Acaso es pura tristeza? ¿Acaso son sólo expresiones emocionales que no pueden controlar?

La cuestión sobre hasta qué punto las vocalizaciones animales son incontrolables y mero producto de la fisiología o hasta qué grado son emitidas voluntariamente y con alguna función de comunicación ha flotado en el campo de la etología por mucho tiempo. El equipo de investigadores liderado por Friederike Range, etóloga perteneciente a la institución mencionada arriba, se planteó estas preguntas para un grupo de lobos en cautiverio que ha vivido en el Centro desde que eran cachorros. Sus resultados apoyan la idea de que las vocalizaciones de los lobos pueden tener una función social.

Los investigadores idearon un método para analizar la frecuencia y duración de los aullidos de la manada cuando se ausentaba un miembro. Observaron a los lobos para determinar cuáles eran los líderes y cómo era la relación afectiva que cada uno llevaba con los otros. Luego elegían a un lobo o loba al azar y lo sacaban a pasear por un buen rato. La manada en seguida comenzaba a aullar. Pero los investigadores pronto notaron que esa elegía canina no era la misma para todos los ausentes y que cada lobo podía aullar de forma distinta según el individuo que faltara.

Como manada, los lobos le aullaban más al líder del grupo; sin embargo, cada lobo le aullaba más a los lobos con quienes tenía más relación afectiva (y no necesariamente sanguínea, dado que casi todos los lobos del Centro son adoptados). Para descartar que el aullido fuera producto de alguna alteración hormonal, los investigadores tomaron muestras de saliva de los cánidos para analizar los niveles de cortisol, una hormona relacionada con los niveles de estrés. El equipo de Range no encontró correlación entre los niveles de cortisol y las variaciones de los aullidos.

Pero ¿cuál podría ser la función de estos lamentos por los líderes y los amigos? Range menciona, en entrevista para el sitio EurekAlert!, que “nuestros resultados sugieren que aullar no es una simple respuesta de estrés al hecho de separarse de los asociados cercanos, sino que más bien puede usarse de una manera más flexible para mantener el contacto y tal vez ayudar a reunirse con los aliados”.

Así, los lobos nos enseñan que no tiene nada de malo llorar cuando un amigo se va.

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En la imagen,  tomada de la nota fuente

Nota fuente: http://www.eurekalert.org/pub_releases/2013-08/cp-whb081513.php

Artículo original, donde podrás ver a las estrellas del estudio en pleno aullido (publicado en Current Biology esta semana): http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2013.06.066

Y para cantar por los amigos, les dejamos el poema de Miguel Hernández, Elegía, cantado por Joan Manuel Serrat: http://youtu.be/vKPhKUCcIQc

via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/59402115824

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