Los placeres terrenales y tus genes.
¿Qué te hace más feliz? ¿Dedicarte a los placeres terrenales o buscar una vida de virtud? Puede ser que ambas cosas te produzcan felicidad, pero según este estudio, producen diferentes respuestas en tus genes.
En filosofía, a esos dos tipos de felicidad se les llama hedónica y eudaimónica, respectivamente, y son objeto de disertaciones sesudas desde que Sócrates y sus amigos caminaban por la tierra. Los filósofos barbudos decían que la búsqueda de una vida de virtud podía llevar al ser humano a la felicidad, o eudaimonia. Por otro lado, seguir una vida de placeres inmediatos era el objetivo de los hedonistas, quienes creían que ése era el camino a la felicidad.
En tiempos recientes, caracterizados por su carencia de togas, se ha estudiado desde la psicología y la medicina el efecto de ambos tipos de felicidad en el bienestar físico y emocional. En uno de estos estudios, publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, investigadores de la Universidad de Carolina del Norte y de la de California en Los Ángeles compararon la forma en que se expresaban los genes de las personas que se identificaran con alguno de los dos tipos de felicidad.
El equipo de científicos, coordinado por Barbara Fredrickson y Steven Cole, les hizo un cuestionario a decenas de voluntarios para saber si en ese momento se identificaban con una felicidad hedónica («¿qué tan seguido te sientes feliz o satisfecho?) o eudaimónica («¿qué tan seguido sientes que tu vida tiene un sentido de dirección o significado?») y les tomaban muestras de sangre. Analizaron esas muestras en busca de diferencias en la expresión de genes y encontraron que las respuestas a ambos tipos de felicidad son, sorprendentemente, muy diferentes.
Los científicos sabían que las condiciones de estrés, sensación conceptualmente opuesta al bienestar, producen un aumento en la expresión de genes relacionados con la inflamación, frecuentemente involucrados en enfermedades como la artritis o padecimientos cardiacos, y una disminución en genes de la respuesta inmune, como aquéllos relacionados con la defensa contra los virus. Fredrickson describe, para el portal de noticias de su universidad, que esta respuesta génica al estrés “nos hace susceptibles a las enfermedades».
Lo interesante fue que, mientras que la felicidad eudaimónica producía un perfil de activación de genes opuesto al del estrés, la hedónica producía uno muy similar. Desde el punto de vista molecular, los dos tipos de felicidad no son iguales. “A un nivel celular, nuestros cuerpos parecen responder mejor a un tipo de bienestar basado en un sentido de pertenencia y propósito,» dice la investigadora. En contraste, pareciera que llevar una vida hedonista puede conducirnos a estados de salud similares a los del estrés, y tal vez hacerte sensible a enfermedades: es el costo de los placeres. (Pero Historias Cienciacionales pregunta: ¿qué no es esa la marca de un buen hedonista?)
En otras notas, te hemos platicado sobre la forma en que nuestras actividades o sensaciones influyen en la expresión de nuestros genes (como al hacer ejercicio frecuentemente o al meditar). Lo interesante de este estudio es que los participantes dijeron sentirse bien en general con cualquiera de los dos tipos de felicidad. Es decir, pareciera que tanto los placeres terrenales como la búsqueda de la virtud nos hacen sentir bien por fuera. Sin embargo, nuestras células distinguen entre los dos tipos de bienestar. La pregunta de «¿cómo los reconocen?» todavía está sin contestar, pero los investigadores afirman que la respuesta dirá mucho sobre los efectos de las emociones positivas y las probables conexiones entre un sentido de pertenencia y la longevidad.
____________________________________________
Aquí la nota fuente.
Aquí el artículo original (de acceso abierto).
En la imagen, el hedonista favorito de todos.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/57346246315
