Pica al entrar, sobrevive mejor al salir
A muchos chiles se les llama campana porque “pican al entrar y repican al salir». Pero esto parece ser sólo un sufrimiento humano, empeñados como somos en poner en la cazuela lo que repta, corre, vuela o germine en el monte. Hay animales que se especializan mucho más en su dieta y no pasan por los mismos calvarios que nosotros. Por mucho que pudiéramos pensar que el picor del chile aleja a animales para que no lo coman, lo cierto es que muchos pájaros lo consumen con tanta alegría que hasta parece que se los guisó la abuela. De hecho, muchos científicos piensan que el viaje por el intestino de un ave es benéfico para una semilla de chile. En un estudio publicado esta semana en la revista Ecology Letters, se ha podido probar en qué consiste ese beneficio.
El equipo de investigación, coordinado por Evan Fricke y Joshua Tewksbury de la Universidad de Whasington, estudió poblaciones silvestres del chile Capsicum chacoense, una especie que crece en Bolivia, Paraguay y Argentina. Al igual que otros chiles de monte, como el chile piquín en México, es reconocido por su picor intenso y porque es parte de la dieta de muchos pájaros. El primer dato sobre esa relación entre la semilla del chile y el intestino de los pájaros es que las semillas sobreviven hasta cuatro veces más después de repicar. ¿Qué sucede dentro de las aves que les otorga tanto beneficio a las semillas?
La hipótesis más básica sobre cómo se beneficia una semilla de un viaje intestinal es la colonización de nuevas tierras. Si crecer a la sombra de tus padres no es tan recomendable, aprovechar el “aventón» de tu amigo emplumado seguro te colocará en un hogar nuevo, sin que tengas que compartir recursos con tus hermanos o sufrir las mismas enfermedades que tus padres. Los autores del estudio probaron esta idea tomando semillas digeridas por pájaros y las colocaron manualmente cerca o lejos de sus padres. Sorprendentemente, ambos grupos de semillas se dieron igual de bien. Así que no sólo se trataba de llegar a su destino, sino de cómo ese viaje cambia a la semilla.
Para averiguar más sobre dicho cambio, los investigadores compararon la presencia de hongos patógenos en semillas digeridas y sin digerir. También observaron cuántas semillas digeridas se robaban las hormigas en el suelo de la selva en comparación con las no digeridas. Encontraron que las semillas digeridas tienen menos hongos patógenos, que pierden muchos compuestos volátiles que se sabe que atraen a las hormigas y que, efectivamente, esos insectos se las roban menos. Tal parece que pasar por las tripas de un ave es un tratamiento eficaz para camuflar y limpiar semillas.
Este estudio no sólo aclara los beneficios sospechados sobre la dispersión de semillas de chile por los pájaros, mostrando por primera vez que las semillas se protegen de la depredación y la infección, sino que también puede tener aplicaciones en el cultivo de chiles silvestres, normalmente considerados incultivables por su relación con las aves.
Consolémonos con esas aplicaciones la siguiente vez que un chile repique al salir.
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Imagen tomada de la nota fuente.
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