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La conexión entre África y Ámerica se mide en toneladas

África y América se separan a la misma velocidad a la que nos crecen las uñas: al rededor de cinco centímetros cada año. A pesar del aumento de la distancia que se establece entre estos dos continentes, existe un agente que enlaza de manera decisiva al desierto de Sahara con la selva del Amazonas: el polvo africano.

Cada año, el desierto que ocupa un tercio del continente pierde casi treinta millones de toneladas de polvo que contiene fósforo, y que se transportan directamente hacia la masa húmeda sudamericana, nutriendo así sus suelos. La cantidad de fósforo que se mueve a través del océano Atlántico es parte del transporte de polvo más grande de todo el planeta, y representa aproximadamente la misma cantidad que se pierde en el Amazonas como consecuencia de las lluvias e inundaciones, de acuerdo con una investigación realizada por científicos de diferentes instituciones estadounidenses.

La adquisición de fósforo es vital para los suelos del Amazonas, mismos que son escasos en éste y demás nutrientes que son lavados por el agua. Es decir que la selva sudamericana depende del polvo africano, en particular de la depresión Bodélé en Chad, la mayor fuente de fósforo debido a que es un gran depósito de microorganismos muertos.

Los investigadores resaltan la importancia del material, en tanto que es un componente esencial de nuestro sistema planetario. Además, ellos hacen un énfasis en que así como el polvo impacta en el clima, el cambio climático afectará en este movimiento del suelo africano.

Los mecanismos detrás de esta relación son desconocidos, pero los investigadores tienen varias ideas. La más aceptada es que la cantidad de precipitación está relacionada con los patrones de movimiento del aire que barren el material africano hacia la atmósfera, haciendo que viajen a través del océano.

Para llegar a todas estas conclusiones, los científicos analizaron el transporte de material estimado utilizando información colectada por la NASA. Posteriormente estimaron el contenido de fósforo en el polvo al estudiar muestras de la depresión Bodélé, y de estaciones en Barbados y en Miami.

La investigación continuará en tanto que se necesitan colectar más datos que permitan llegar a conclusiones más robustas, pues este trabajo contempla siete años de datos, con un porcentaje grande de variación del material transportado. Sin embargo, este es un paso importante hacia el entendimiento del comportamiento de las partículas que se mueven a través del océano. Finalmente, en nuestro planeta todo está conectado.
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Artículo original

Nota de Eurekalert

Crédito de la imagen: Conceptual Image Lab, NASA/Goddard Space Flight Center. Tomada de la nota de Eurekalert.

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