¿Por qué eres así, rémora?
Es ese amigo que no queremos que vaya a la fiesta, pero siempre termina por unirse al grupo. Es ese empleado que no se le despega al jefe y vive de darle halagos. Es esa tía en segundo grado que un día llegó a la casa y parece que nunca se va a ir. Les decimos las rémoras de la sociedad, porque parece que se adhieren a las vidas de los otros y aprovechan cualquier sobra que les quede cerca, tal como las verdaderas rémoras se adhieren al cuerpo de otros organismos marinos y aprovechan cualquier sobra de alimento que caiga por ahí.
Las personas tipo rémora tendrán sus métodos, pero las rémoras se adhieren a otros seres vivos con un disco de succión que tienen sobre su cabeza. Este disco está formado por láminas transversales móviles que crean un vacío cuando la rémora nada hacia atrás después de pegarse a su huésped. El origen de ese disco de succión ha sido objeto de debate entre los biólogos, pero un estudio publicado el año pasado por Ralf Britz y David Johnson del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano podría resolver la polémica.
La hipótesis más aceptada sobre el origen del disco de succión es que es una aleta dorsal modificada. Es decir, la aleta en la espalda de los ancestros de las rémoras se fue transformando a lo largo de varias generaciones en el aparato de succión que los caracteriza ahora. Una forma de abordar esa hipótesis es observar al pez desde que es una tierna larvita. Si en su espalda se forma primero algo parecido a una aleta que luego se convierte en un disco de succión, lo más probable es que el disco sea efectivamente una aleta modificada. El problema de este método es que era muy difícil atrapar larvas de rémoras para observarlas, porque casi no se les halla en las muestras de plancton (el conjunto variopinto de microorganismos que flotan en los mares).
Los autores del estudio consiguieron las suficientes larvas para hacer las comparaciones que necesitaban. Observaron cómo se desarrollaban las rémoras y lo compararon con la forma en que se desarrollaban otros peces con una aleta dorsal hecha y derecha. Encontraron que los discos de succión comienzan como comenzaría una aleta, pero en cierto momento se expanden hasta formar la estructura que les caracteriza. Así, los investigadores concluyen que el disco de succión no es una estructura completamente nueva, sino una aleta modificada, del mismo modo que las alas de los murciélagos son manos modificadas o las aletas de los pingüinos son alas modificadas.
Tal vez las personas que se comportan como rémoras también sigan este principio evolutivo y usen los recursos que ya tienen antes de inventarse unos nuevos. Pero ojalá nunca tengamos que comprobar esa hipótesis.
______________________________________
En la imagen se ve el disco de succión de un ejemplar joven de una especie de rémora llamada Remora osteochir. Imagen tomada de este sitio.
Aquí la nota fuente.
Y aquí el artículo original, publicado en el Journal of Morphology.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/52599628364
Reblogueó esto en blog todo educacion.