Las piedras rodantes y las fuerzas sobrenaturales que no las…

Las piedras rodantes y las fuerzas sobrenaturales que no las mueven

Cientos de piedras en el Valle de la Muerte, California, se mueven solas, y tras su paso dejan un rastro de este movimiento de cientos de metros. Algunas de ellas llegan a pesar más de 300 Kg. Las explicaciones sobrenaturales a este misterioso fenómeno abundan: extraterrestres, campos magnéticos. La comunidad científica, por su parte, no ha tenido muchas explicaciones convincentes ante este fenómeno (sin que por ellos signifique que las explicaciones no científicas sí sean convincentes). 

Ralph Lorenz y colaboradores de diversas universidades de Estados Unidos llegaron en 2011 a una explicación que parece acertada. Lorenz visitó la Racetrack Playa, el lugar donde se mueven las rocas, con el propósito de estudiar las condiciones de este lugar, tan inhóspitas que se piensa son parecidas a las de Marte. Estando ahí comenzó a preguntarse sobre el misterio de las rocas y a buscar posibles respuestas. “Vimos en una ocasión un rastro de una roca, y parecía que había chocado con otra y rebotado, pero el rastro no llegaba hasta la otra roca, era como si más bien se hubieran repelido” explica Lorenz. “Pensamos que si hubiera un anillo de hielo alrededor de la roca, entonces sería fácil de imaginar cómo pudo haber rebotado”.

Para probar su idea, construyó un pequeño modelo con cosas que encontró en su cocina: una pequeña roca, un tupperware, agua y un refrigerador. “Tomé una pequeña roca y la puse en un tupperware, lo llené con agua hasta que hubiera sólo una pedacito de roca saliendo. Lo puse en el congelador, y eso produjo un bloque de hielo con un piquito de roca saliendo de él”. Colocó esta roca-hielo en una charola con arena y agua, y después le sopló. El resultado fue que con un ligero soplido, la roca se deslizaba y dejaba un rastro sobre la arena. 

La explicación que dan en su análisis de 2011 es que en invierno, las condiciones en la Racetrack Playa pueden formar hielo alrededor de las rocas, de manera que éstas quedan flotando sobre el fango. Además del experimento en su cocina, sus cálculos muestran que esto es posible según la fricción del hielo contra el agua del sedimento, y que tan solo una pequeña brisa sería capaz de desplazar a las piedras. 

Si bien todavía falta evidencia directa del movimiento de las rocas, pues nadie nunca las ha visto moverse, la explicación de Lorenz y sus colaboradores se ajusta muy bien a las observaciones que se tienen. Finalmente, muchos fenómenos en la naturaleza son difíciles o imposibles de observar en directo, pero eso no significa que no se les pueda hallar una explicación científica

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El artículo original de Lorenz lo encuentran aquí.

Un muy buen reportaje sobre esta explicación lo encuentran aquí, de donde salen también las citas de Lorenz de esta publicación. 

La imagen salió de este sitio, donde también se le da cobertura al artículo de Lorenz. 

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