Tu reloj interno es el momento del día en el que comes
Nuestro cuerpo, y el de muchos organismos del planeta, responde a la luz del día y a la oscuridad de la noche. Es por esto que el rayo matutino nos despierta y, una vez pasado el crepúsculo, nos da sueño. Las horas de sueño y vigilia, así como otras actividades que tienen lugar dentro de nosotros, responden a intervalos de tiempo asociadas con la luz.
A esto se le conoce como “ritmos circadianos” o reloj interno, el cual está regulado por dos componentes. Como ya dijimos, el primero es la luz y, el segundo, es la comida. Sin embargo, esta última relación se entiende poco.
Cuando manipulamos nuestra dieta, nuestro reloj interno se modifica. Esto fue algo que un grupo de investigadores de instituciones japonesas describió en un estudio realizado en cultivos de células y en ratones.
Ellos observaron que la insulina, una hormona que es secretada cuando comemos, ajusta nuestro reloj interno. Esto se da por una sincronización entre nuestras horas de comida y la manera en que funcionan los tejidos de nuestro cuerpo, llevando así a una buena digestión y absorción de los alimentos.
Basados en sus resultados, los autores del trabajo sugieren que, para ajustar nuestro reloj interno fácilmente cuando viajamos a una parte del planeta con un huso horario diferente al que teníamos, debemos comer cierto tipo de alimentos durante el desayuno y otro muy diferente en la cena, debido a que la insulina tendrá un desempeño diferente.
También mencionan que estos resultados no son similares para las personas con diabetes tipo 2 debido a que son resistentes a la insulina. Así mismo, las personas que se encuentran bajo tratamiento con insulina, también tendrán efectos distintos.
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[Imagen tomada de este sitio]
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