El meteorito de Chelyabinsk y el peligro de que nos caiga otro más

El meteorito de Chelyabinsk y el peligro de que nos caiga otro más

/ Un destello de luz incandescente cruzando el cielo atrajo la mirada de todos hacia el exterior. Muchos se aproximaron a las ventanas que momentos después estallarían, marcando su rostro con cicatrices que hoy recuerdan el impacto de un objeto estelar contra la Tierra. El meteorito de Chelyabinsk cayó el 15 de febrero de 2013 en Rusia, dejando en tierra más de 1200 heridos y en el aire las preguntas de si algo similar podría pasar de nuevo y cuál sería destrucción que deberíamos esperar.

Hasta hace poco, los expertos calculaban que un impacto de este tipo ocurriría cada 100 o 200 años, pero nuevos análisis sugieren que el riesgo es en realidad mayor y que un asteroide podría impactar la Tierra cada 10 o 20 años, lo cual “realmente incomoda a muchas personas”, según Peter G. Brown, autor de una de las investigaciones.

Observando el cielo se ha podido detectar 95% de asteroides de al menos un kilómetro de diámetro cercanos a la Tierra. Si alguno de ellos chocara con nuestro planeta, significaría, probablemente, el fin de la humanidad. Sin embargo, el riesgo es poco probable. Pero aún así los asteroides más pequeños como el de Chelyabinsk, de menos de 20 metros de diámetro, tienen el poder de 500 mil toneladas de TNT, según los cálculos de otra investigación también liderada por Brown, y por lo tanto también deberían de ser objeto de investigación y monitoreo.

Más aún: entre 20 metros y un kilómetro existen muchos diámetros. Un meteorito de 500 metros de diámetro no sería suficiente para acabar con nuestra especie, pero sí para terminar con países completos y provocar un caos mundial. En 1908, no muy lejos de Chelyabinsk, cayó un meteorito tres veces del tamaño de éste en Tunguska. Afortunadamente explotó lejos de cualquier asentamiento humano: se calcula que la fuerza de la explosión fue 100 veces mayor a la de la bomba atómica de Hiroshima y quebró 80 millones de árboles a 70 kilómetros alrededor.

Los alcances del meteorito de Tunguska han sido inferidos a partir de observaciones hechas varios años después. Por el contrario, el meteorito de Chelyabinsk fue observado por miles personas, fotografiado por satélites espaciales y grabado desde la lente de cientos de cámaras personales y de seguridad. Gracias a esto, otro equipo de investigadores liderados por Olga Popova de la Academia Rusa de Ciencia han calculado el daño real que causó en los 50 asentamientos humanos cercanos a la zona de impacto. Bajo el trayecto de la bola de fuego en el cielo, la onda de choque pudo levantar a las personas del suelo. Miles de ventanas se rompieron, los techos se cayeron; la intensidad de la luz fue 30 veces más brillante que la del Sol, lo cual causó quemaduras en piel y ojos. El daño quedó registrado en un camino de 55 millas alrededor de la trayectoria

Fue así como el planeta Tierra y algunos de sus habitantes obtuvieron, al mismo tiempo, cicatrices del día que un pedazo de hierro cayó del cielo.

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[Video tomado de Youtube].

Las tres investigaciones las encuentran aquí, aquí y aquí.

Artículo del New York Times sobre estos estudios y esfuerzos actuales por predecir el impacto de meteoritos.

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