La gravedad de las inundaciones
“Oye, ¿que se inundó la ciudad?”, fue con lo que interrumpí un silencio incómodo durante una conversación a distancia que sostuve con un amigo de la Ciudad de México hace unos días. “Ay, siempre se inunda”, me contestó.
La ciudad fue fundada sobra un enorme cuerpo de agua que, con la llegada de los colonizadores europeos y con la urbanización, fue drenada. El dicho popular dicta que “el agua tiene memoria” y por eso, en la época de lluvias, la ciudad de inunda –ya no hablamos de otras razones, como la basura en el alcantarillado urbano-.
Aunque los habitantes de la ciudad de México ya están acostumbrados a moverse en lanchas en la época de lluvias, hay otros lugares del planeta que son tomados por sorpresa con las inundaciones. Para todas esas zonas, siempre podremos tener a la gravedad de nuestro lado.
Cuando existe un exceso de agua subterránea, la gravedad de la Tierra varía, debido a la cantidad extra de líquido. Al detectar estas variaciones, equipos que se encuentran orbitando nuestra Tierra pueden identificar aquellas cuencas que están preparadas para inundarse, incluso si las advertencias de lluvias están adelantadas con meses de anterioridad.
Esto fue propuesto y probado por investigadores de la Universidad de California, Estados Unidos. Ellos observaron las señales de gravedad que llevaron a las inundaciones del 2011 del río Mussouri y, con datos de la NASA, detectaron datos de dos satélites que mostraban valores poco más altos de gravedad. Al analizarlos, los investigadores pudieron predecir con cinco meses dicha inundación.
Sin embargo, existen varios problemas. Ellos notaron que la señal de gravedad es poco importante en lugares donde la lluvia por sí sola domina, como en inundaciones creadas por monzones, por ejemplo en Paquistán o en India. Otro problema es que los satélites sólo pueden obtener datos de agua subterránea en cuencas largas (200 mil kilómetros cuadrados o más). Y finalmente, se necesitan tres meses o más para obtener y analizar los datos de los satélites.
¡No todo está perdido! Los investigadores esperan que la misión que mejorará los satélites en el 2017, permitirá que las imágenes tengan mejor resolución y mejores esquemas de procesamiento, lo que favorecerá que las señales de prevención de inundaciones se puedan realizar con dos semanas de anticipación.
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[Imagen que muestra una de las calles del centro de la ciudad de México en 1952. Tomada de este sitio ]
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