¿Cómo caminamos como caminamos?
Una de las grandes características que nos distinguen del resto de los primates es el bipedismo, e investigadores de la Universidad de York, han realizado un estudio en busca del origen de esta característica, el cual se opone a las hipótesis anteriores.
Los investigadores plantean que esta característica pudo haberse originado en los paisajes ásperos al sur y al este de África. Nuestros antepasados, los homínidos, pudieron ser atraídos por el terreno rocoso de la zona, el cual ofrecía un lugar seguro para vivir y cazar. Pero el habitar la zona requeriría de una posición más vertical y habilidades para escalar, lo que resultaría en la aparición del bipedalismo.
Esta nueva hipótesis se contrapone con la hipótesis tradicional, que plantea el surgimiento del bipedismo como respuesta adaptativa de los homínidos, al tener que bajar de los árboles debido a una menor cobertura arbórea debido al cambio climático. “El terreno abrupto ofrecía beneficios para los homínidos en términos de seguridad y alimento, pero también proveía una motivación para el mejoramiento de las habilidades locomotoras por medio del balance, el escalar, la lucha y el movimiento rápido sobre estos terrenos” comentó Isabelle Winder, quien forma parte de los autores de la publicación.
La investigación sugiere que los brazos y las manos de los homínidos fueron liberándose porque así se incrementaba la destreza manual y permitía el uso de herramientas.
Al respecto de su nueva hipótesis Winder dice: “Nuestra hipótesis ofrece una alternativa nueva y viable con respecto a las hipótesis tradicionales que plantean a la vegetación o el cambio climático (como causa). Explica todos los procesos claves de la evolución de los homínidos y ofrece un escenario más convincente”
Foto de Science Daily, tomada por © Kovalenko Inna / Fotolia
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