/ El año 2016 fue el más caluroso del que tenemos registro, según informes de la NASA
y la NOAA (por las siglas en inglés de la Administración Nacional Océanica y Atmosférica). Ambas agencias gubernamentales estadounidenses usaron datos globales de mar y tierra, desde Siberia hasta el sur de Chile, desde el Golfo de México hasta el océano Índico, para calcular sus resultados. El 2016 superó al 2015 en temperaturas globales, y ambos al 2014, año que también había sido el más caluroso del que se tenía registro.
Esta racha de tres años consecutivos que rompen récords de temperatura son parte de
una tendencia global de las últimas décadas. Los 16 de los 17 años más calurosos de que se tenga constancia han ocurrido de 2001 para acá, según el comunicado de la NASA, publicado el 18 de enero de este año. En el mismo comunicado, Gavin Schmidth, director del Instituto Goddard para Estudios del Espacio, declara que “no se esperan años récord cada año, pero la tendencia es clara.” Esa expectativa proviene de que a las condiciones de temperatura global pueden afectarlas muchos factores, entre ellos, fenómenos climáticos globales como El Niño.
“En 2015 y el primer tercio de 2016 se registró un calentamiento adicional debido
al fenómeno de El Niño, que es un patrón climático localizado en el Océano Pacifico pero que tiene efectos globales,” comenta Paulina Ordoñez, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México, para Historias Cienciacionales. Pero incluso restando ese añadido, los cálculos de las agencias sugieren que el 2016 igual hubiera estado entre los años más calurosos. El reporte de la NASA muestra un aumento de 0.99 grados Celsius globales comparados con el promedio
del siglo XX, y la misma agencia estima que el efecto de El Niño pudo haber sido de 0.12 grados Celsius.
Sin ese efecto, el año 2017 podría ser un poco más frío que el 2016. Así lo expresa
Michael Rawlins, catedrático adjunto del Departamento de Geociencia, Universidad de Massachussetts, Amherst, para El País, quien dice que, por el efecto de La Niña, otro fenómeno climático global que ocurrirá este año, el 2017 sería ligeramente más frío, “pero
aun así se situará entre los años más cálidos de los registrados.”
Así que, aunque no veamos que el récord de temperatura se rompa cada año, no debemos
perder de vista el movimiento dela temperatura global. “La tendencia del calentamiento global es clara y nos hace abandonar la idea de que haya una ‘pausa’ como creíamos hace 4 o 5 años”, comenta Paulina Ordóñez. “Lo relevante no es tanto el hecho de que estos tres años hayan sido los más cálidos, como la tendencia a largo plazo”, añade, y nos invita a no omitir otros indicadores importantes además de la temperatura, como el estado de hielo del
Ártico. En 2016 según la NOAA, la extensión del hielo en esa zona del planeta se encogió a su área promedio más pequeña de que se tenga constancia. Tan sólo en diciembre, registró una disminución de 1.03 millones de kilómetros cuadrados con respecto al promedio de
ese mes entre 1981 y 2010.
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En la imagen, tomada
del comunicado de la NASA, se observan en rojo los lugares de la
Tierra donde en los años 2014 a 2016 se excede el promedio de
temperatura, y en azul los lugares por debajo de ese promedio. No
muestra la temperatura en sí, sino lo que cae por encima o por
debajo del promedio, por eso las zonas cercanas a los polos aparecen
más rojas: en el Ártico fue donde se registró claramente un
rompimiento del récord de temperatura anual.
Fuentes:
Aquí el comunicado
de la NASA (inglés):
http://ift.tt/2k4h3ng
Y el informe de la NOAA
(también en inglés):
http://ift.tt/2jz30F9
Aquí el artículo
de Michael A. Rawlins para El País:
http://ift.tt/2kuah6f]
Aquí la cobertura
de Scientific American en español:
http://ift.tt/2k4KHbm
Aquí la nota del
New York Times en español:
http://ift.tt/2iGAiyL
Agradecemos a la
Dra. Paulina Ordoñez por sus comentarios para HC.
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