La boca de una hidra es una herida/ Este pequeño animalito es…

La boca de una hidra
es una herida

/ Este pequeño
animalito es una hidra y es pariente de las medusas y las anémonas.
No mide más de dos centímetros de largo, pero su tamaño no es su
rasgo distintivo. Tiene la forma de un saquito con tentáculos, pero
su forma no es su característica más sorprendente. Vive en el mar
adherido a rocas o a corales, pero su modo de vida no es su más
notable atributo. Cuando come, atrapa con sus tentáculos a animales
más diminutos que él y los lleva hacia el espacio donde debería
estar su boca. Y esa sí es su cualidad más extraordinaria, porque
aunque en ese punto no hay boca ni ningún otro orificio, en pocos
segundos el tejido se desgarra y una boca recién formada está lista
para engullir.

Una extravagante
forma de subsistir, podríamos pensar, porque la hidra perfora su
cuerpo siempre que va a tragar algo y siempre que expulsa lo que no
se va a comer. Todo sale por el mismo orificio, que se abre desde
cero cada vez. La hidra controla de manera muy fina la apertura
cotidiana de su agujero, y puede hacer incluso que éste sea más
ancho que su cuerpo. Cuando termina, el hoyo se cierra, y no queda
rastro de él. Para todo efecto práctico, la boca de la hidra es una
herida que continuamente se abre y luego se cura.

¿Cómo es que este
pequeño animal lo logra? El secreto está en controlar la forma de
sus células, según han encontrado recientemente un equipo de
investigadores de la Universidad de California, San Diego. Dentro de
cada célula hay pequeñas hebras que pueden contraerse y extenderse.
Cuando las hebras se contraen, la célula se estrecha. Si todas las
células se estrechan coordinadamente, ejercen tanta fuerza que el
tejido se rasga y un orificio se forma. Luego, las células se
ensanchan y el orificio desaparece. La hidra posee magníficas
habilidades de regeneración, así que esa boca, que es también una
herida, sana pronto.

Ese mecanismo es muy
similar al que ocurre cuando tu pupila se dilata o se contrae. Desvía
la mirada de esta pantalla y luego regrésala aquí: tus ojos acaban
de experimentar una apertura estilo hidra. Luego mira un espacio
pequeño de tu piel. Concéntrate en él. Imagina que tus células se
separan y que se forma una boca de hidra. No debería sentirse tan
raro, considerando que este pequeño animal marino lo tiene que hacer
todos los días si es que quiere comer, y que probablemente lo haya
hecho por millones de años.

Antes de acabar de
leer este texto y olvidar a la hidra, no olvides imaginar que esa
nueva boca en tu piel se vuelve a cerrar. No queremos que le entren
moscas.

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La imagen animada es
parte de la investigación de Eva-Maria S. Collins y su equipo, de la
Universidad de California, San Diego, que fue publicada en la revista
Biophysical Journal, esta semana.

Aquí puedes echarle
un ojo al artículo:
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Aquí puedes leer
una descripción más detallada, por Ed Yong, para National Geographic
(en inglés):
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