Historias del Nobel 2015: La humilde científica china que ha salvado la vida de millones
/ Era el final de la
década de los sesenta y, día tras día, Tu Youyou revisaba
manuscritos antiguos de medicina tradicional, en busca de la cura del
paludismo. No podía imaginar que en aquellos viejos escritos se
encontraría la clave que, más de cuarenta años después, la
convertiría en la primera mujer china en recibir el premio Nobel de
Medicina.
Durante los años
turbulentos de la Revolución Cultural China, Mao le encargó a sus
científicos que buscaran una cura para el paludismo, enfermedad que
estaba cobrando más vidas en la aliada Vietnam del Norte que las
fuerzas estadounidenses. El tratamiento común, la cloroquina, había
dejado de ser efectivo, incluso en las provincias chinas que también
estaban asoladas por la enfermedad. Cerca de 50 institutos
científicos se involucraron en la tarea, pero el proyecto quedó a
cargo de Tu Youyou, en ese entonces de 39 años de edad. Ella y su
equipo eran conscientes de la altura de la cuesta que les habían
encomendado subir: en todo el mundo se habían probado miles de
compuestos sintéticos contra el parásito causante del paludismo y
ninguno había funcionado. La responsabilidad adquirió una carga
emocional para la investigadora después de que pasara una temporada
en la provincia sureña de Hainan, donde atestiguó la muerte de
muchos niños infectados con la enfermedad.
El instituto donde
Tu trabajaba es conocido ahora como la Academia China de las Ciencias
Médicas Chinas, pero en ese entonces llevaba el nombre de Academia
China de Medicina Tradicional. Tal vez en ese saber antiguo podría
encontrarse la respuesta. Junto con tres asistentes, Tu revisó más
de dos mil manuscritos y libros de medicina china tradicional, en los
cuales identificó más de 600 tratamientos prometedores. Siguiendo
las instrucciones ancestrales para obtener la sustancia activa,
hicieron extracto por extracto de más de 200 plantas diferentes.
Iban probando cada compuesto en ratones infectados por el parásito
responsable del paludismo. Al fin, después haber analizado más de
380 sustancias, encontraron una que parecía tener efecto perjudicial
en el crecimiento del párasito. Provenía de la infusión de una
planta llamada ajenjo chino en español, qinghao en chino y
Artemisia annua en las obras científicas.
Las prometedoras
pruebas iniciales dieron lugar a resultados mezclados, y luego a
fracasos. Con la mente fría, Tu decidió darle una segunda
oportunidad al extracto de Artemisia
y regresó a las instrucciones originales para extraerlo. “Un
puñado de qinghao inmerso
en dos litros de agua, escurra el jugo y bébaselo”,
decía el método original,
recomendado para tratar
fiebres intermitentes (un síntoma común del paludismo).
Tu encontró la solución a su problema leyendo estas
líneas en el tercer volumen
de la obra Manual de recetas para emergencias,
del filósofo chino Ge Hong, escrito en el cuarto siglo de nuestra
era. La receta no indicaba ningún calor en el método, así que Tu y
su equipo volvieron a hacer la extracción, esta vez en frío. El
nuevo compuesto funcionó en
todos los ratones que probaron.
El
parásito del paludismo es un protozoario llamado Plasmodium.
Al menos cinco especies de estos organismos unicelulares infectan a
los humanos, pero una es la responsable de la gran mayoría de las
muertes en todo el mundo. Plasmodium falciparum pasa
de la saliva del mosquito Anopheles
a la sangre de una persona, donde viaja al hígado y se reproduce.
Luego, se introduce en los glóbulos rojos y consume la hemoglobina,
molécula que lleva el oxígeno a todo el cuerpo. El parásito rompe
la molécula en dos; se come la parte hecha de proteína y desecha la
otra, que contiene una molécula más pequeña con hierro.
Normalmente, ese fragmento sería tóxico para el protozoario, pero
éste de inmediato lo transforma en un compuesto inofensivo. La
cloroquina solía ser eficaz contra Plasmodium
porque se unía a ese compuesto y lo convertía de nuevo en tóxico.
El parásito acababa por digerirse a sí mismo. Sin
emabrgo, el uso continuo del
mismo tratamiento acabó con todos los Plasmodium
sensibles a la cloroquina. Sólo sobrevivieron los que eran
naturalmente resistentes, que rápidamente se propagaron por muchos
países donde la cloroquina era regla. El extracto de ajenjo
chino, recomendado por la
medicina china tradicional de principios de este milenio y rescatado
por Tu Youyou en 1971, parecía ser la solución al problema de los
parásitos resistentes.
Sin
embargo, Tu todavía tenía que asegurarse de que el extracto fuera
inocuo para los humanos. En una China sin posibilidad de ejercer
pruebas clínicas a gran escala, Tu lo probó en ella misma y en sus
colegas. Sentía una gran
responsabilidad como jefa del proyecto. El nuevo compuesto, que Tu
bautizó como qinghaosu (‘su’
significa ‘elemento
básico’
en chino), no les causó efectos secundarios. La investigadora
regresó a Hainan, con el equipamento necesario para probar el nuevo
fármaco
en los pacientes de
paludismo. Los síntomas
desaparecieron en menos de 30
horas. Tu tenía en las manos
un nuevo fármaco, llamado en
Occidente artemisinina, que
le salvaría la vida a millones de personas en las décadas
venideras. Pero por
muchos años, casi nadie supo que ella había sido la responsable de
su descubrimiento.
En
concordancia con la ideología de la Revolución Cultural, lo
colectivo era maś importante que lo individual en
la China de aquel tiempo, así
que el primer reporte científico en
inglés que Tu publicó
acerca de la artemisinina,
en 1979, no iba firmado por
ella ni por nadie. Pero
pocos años después, el
nuevo tratamiento llamó la atención de la Organización Mundial de
la Salud, y comenzó a
utilizarse globalmente. Para los años 2000, la artemisinina
era el fármaco de preferencia para el paludismo, y en 2013, la OMS
anunció que las tasas de mortalidad de esta enfermedad han
disminuido en casi 50% desde principios de este siglo. Pero el nombre
de Tu no iba a ser
asociado con ese éxito de salud pública hasta que científicos
estadounidenses y chinos reconstruyeron
la historia del compuesto y reconocieron
que ella llevaba el crédito
principal.
En
2011, Tu Youyou recibió el premio de investigación en medicina más
importante de Estados Unidos: el premio Lasker. Ayer, recibió el
Nobel de Medicina y Fisiología (en conjunto con William
Campbell y Satoshi Omura,
reconocidos por la invención de un fármaco contra otro parásito).
Actualmente, la artemisinina
se usa en combinación con más fármacos, para evitar que se
propaguen las
poblaciones que ya
son resistentes al
párasito (ya hay brotes en Camboya). Sin
embargo, las muertes siguen siendo contadas en cientos de miles. Tu
sabe lo importante que es seguir investigando, y a sus 84 años sigue
trabajando en la misma institución en Beijing.
Tras
el reconocimiento de la comunidad de investigación médica de EU en
2011, el reportero Phil McKenna la visitó en su casa. “Lo que he
hecho es lo que tenía que hacer como retribución por la educación
que mi país me proveyó”, le dijo al periodista. “Es
responsabilidad de los científicos continuar luchando por la salud
de toda la humanidad”. Como si la modestia y el
recato fueran
la principal acotación en el libreto de su vida, Tu fue difícil de
encontrar hasta para
el comité del Nobel. No le pudieron preguntar su reacción; se
enteró por televisión. Pero es probable que esas 80 décadas de
desinteresada dedicación por la el
bienestar humano le
hubieran llevado a responder lo mismo que contestó
después de ganar el Lasker: “Siento una recompensa
más grande cuando
veo a tantos pacientes curados”.
_________________________________
[En la imagen, se ve
a una Tu Youyou de 21 años, junto a uno de sus profesores. Tomada de
Wikipedia:
http://ift.tt/1Z9VZYq ]
Fuentes
Reportaje de Phil
McKenna para New Scientist, en 2011:
http://ift.tt/1JOf477
Nota del New York
Times sobre el premio Nobel:
http://ift.tt/1PeO87A
Nota de El País
sobre el premio Nobel:
http://ift.tt/1Z9VZaF
Una imagen del libro
de medicina china tradicional de Ge Hong consultado por Tu:
http://ift.tt/1KZ7yKo
La presentación del
premio Lasker, en 2011:
http://ift.tt/1Z9VZaG
El comunicado de
prensa del Comité del Nobel:
http://ift.tt/1L1xOll
Nota de Nature sobre
el Nobel:
http://ift.tt/1WIl2zD
La narración de la
misma Tu sobre el descubrimiento y desarrollo de la artemisina como
fármaco, en la revista Nature en 2011:
http://ift.tt/1Vz8vkW
Resumen del Informe
Mundial sobre Paludismo 2014, de
la Organización Mundial de la Salud (en cinco idiomas):
http://ift.tt/1KZ7yKq
El
registro de la primera publicación científica en inglés sobre la
artemisinina en la revista Chinese Medical Journal;
“no se enlistan autores”, se puede leer:
http://ift.tt/1Z9VZaK
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