La música clásica enciende tus genesSi alguien ha amado la…

La música clásica enciende tus genes

Si alguien ha amado la música clásica, ese fue Albert Einstein. Escuchar las sonatas de Mozart a los trece años fue suficiente para que el físico se enamorara profundamente de la música clásica, y aprendiera a tocar el violín de manera autodidacta. Se dice que cuando Einstein tenía diez y siete años, un profesor lo escuchó interpretar una sonata de Beethoven, mencionando que su interpretación fue extraordinaria. 

Es probable que la pasión que Einstein sintió por la música estuviera ligada con la estructura y función de su cerebro. De hecho, se ha demostrado que escuchar melodías clásicas altera estas dos características de este órgano del sistema nervioso, pero los mecanismos moleculares detrás de esto eran desconocidos. 

Ahora, existe evidencia de que el escuchar música clásica modifica y aumenta la actividad de aquellos genes que regulan la comunicación neuronal, y con los que están relacionados con la memoria, el aprendizaje, y la secreción y transporte de la dopamina, una molécula que tiene múltiples funciones en nuestro cuerpo, que incluyen la disminución de la presión arterial o la protección de la mucosa intestinal. En el caso del cerebro, la dopamina juega un papel determinante en tanto que está relacionado en la comunicación neuronal, y su ausencia o disminución de niveles está relacionado con el Parkinson, la esquizofrenia y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Es así que el escuchar música clásica tiene un efecto neuronal protector, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores de diferentes universidades finlandesas. 

Este trabajo tuvo como objetivo contestar de qué manera el escuchar música clásica afecta la expresión de los genes de las personas que tienen experiencia haciéndolo de las que no. Para esto, los participantes escucharon el concierto para violín número 3 de Mozart. 

El estudio, además de arrojar los resultados anteriormente mencionados, también mostró que muchos de los genes que se regulan son responsables de que los pájaros aprendan y canten melodías, lo que sugiere un antecedente evolutivo en la percepción musical entre aves y humanos. 

Sin embargo, los efectos fueron detectados en los participantes con experiencia musical, lo que sugiere una importancia en familiarización con la música clásica. Los autores concluyen que los resultados dan una nueva información sobre los antecedentes de la percepción musical y la evolución, y dan herramientas para el futuro estudio en los mecanismos moleculares de la terapia musical.

Finalmente, y mientras disfrutamos el concierto para violín número tres de Mozart, consideramos importante retomar una frase del mismo Einstein, quien dijo que “sería posible describir todo científicamente, pero no tendría sentido; carecería de significado el que usted describiera una sinfonía de Beethoven como una variación de la presión de la onda auditiva”.  

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Nota de Eurekalert

Nota de Sciencedaily

Artículo original de libre acceso

Imagen tomada de este sitio.

Concierto para violín número 3 de Mozart

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