¿Qué quién tuvo sexo con quién?
La pregunta no se refiere esta vez a algún rumor adolescente, o al último chisme de la farándula. Un fémur fósil de humano descubierto en Siberia es el protagonista de esta historia, donde las especies Homo sapiens y Homo neanderthalensis intimaron de tal forma que hoy, casi 60,000 años después, podemos darnos cuenta.
Gracias al excelente estado de conservación del fémur, científicos de diversas universidad en el mundo lograron extraer su ADN y secuenciarlo completamente. Este genoma humano, el más antiguo hasta hoy, tiene algo que no es una sorpresa: genes neandertales. Se ha calculado que muchas poblaciones de seres humanos contemporáneos tenemos aproximadamente 2% de genes en nuestro genoma de esta especie emparentada, lo que indica que en algún momento hubo un intercambio genético, o en palabras menos eufemistas, sexo.
Lo que tiene de especial el genoma recién secuenciado es que el 2% que tiene de neandertal está relativamente agrupado; actualmente, los humanos tenemos ese 2% repartido en cachitos a lo largo de nuestro ADN. La razón de que se haya partido en cachitos es la recombinación: cada vez que un espermatozoide y un óvulo unen sus genomas, hay una mezcla de los genes de cada progenitor, lo cual divide secuencias que antes estaban juntas. Que el hombre que murió hace 45,000 tuviera sus genes neandertales agrupados indica que vivió no mucho tiempo después de que ocurriera el intercambio genético entre las dos especies de homínido. De hecho, con este antiguo genoma se pudo calcular que fue entre hace 52,000 y 58,000 años que humanos y neandertales tuvieron relaciones sexuales, las suficientes como para dejar una huella en sus genomas. Esta fecha es mucho más reciente de lo que se pensaba anteriormente.
Hay ocasiones en que vale mucho la pena preguntarse quién y cuándo tuvo sexo.
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Imagen de la artista Jeffrey Catherine Jones.
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