Esas mentiras piadosas que mantienen unida a la sociedad
No ha pasado ni una semana desde que te cambiaste a un estilo de peinado que no te va, y ya has recibido más piropos que la superestrella hollywoodense del momento.
Seamos sinceros: todos decimos –y lamentablemente, recibimos- mentiras blancas. Además de evitarnos conflictos bochornosos y corazones heridos, dichas mentiras nos ayudan a moldear nuestras comunidades.
Esto fue lo que concluyó un equipo de científicos computacionales de diferentes universidades, entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de México. Lo que ellos hicieron fue desarrollar un modelo matemático que describe la manera en que los grupos de personas crecen y cambian en el tiempo, y después agregaron una variable más: las mentiras.
Los resultados mostraron que las mentiras que son grandes y antisociales, como robar o herir a alguien y no decirlo o aceptarlo, lleva a una desintegración de las comunidades, ya que cada individuo terminará viendo por sus intereses propios. Por otro lado, cuando se presentan mentiras pequeñas, incluso si son muchas, el efecto es diferente: las personas forman “pandillas” pequeñas y unidas, con relaciones ocasionales con entre ellas.
Además, los investigadores mencionan que aquellas conexiones entre pequeños grupos son generadas por las personas que dicen más mentiras blancas.
Cabe resaltar que los autores del trabajo admiten que esta es una versión simplificada de la realidad, en tanto que asume que existe un nivel constante de mentiras a través del tiempo y entre las relaciones personales. Sin embargo, el punto es claro: las mentiras pueden ser buenas para la sociedad.
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