Ni fría ni caliente: dinosaurios de sangre tibia
/ Durante años los científicos han discutido si los dinosaurios eran animales de sangre fría o caliente. Hoy la respuesta no se encuentra en uno u otro bando, sino más bien en uno intermedio.
Los animales exhiben diferentes estrategias para regular su temperatura. Aquellos que son endotermos, como la mayoría de los mamíferos, mantienen su temperatura corporal constante a pesar de la temperatura ambiental. Para lograrlo mantienen tasas metabólicas muy altas, quemando grasas, por ejemplo. Los reptiles y peces son, por otra parte, ectotermos; es decir, su temperatura corporal varía según la del ambiente, y por lo tanto fluctúa a lo largo del día.
El problema con los dinosaurios, además de que no tenemos ningún ejemplar vivo, es que existe evidencia contradictoria. Para los grandes tamaños que muchos alcanzaban, mantener una tasa metabólica alta propia de los endodermos requeriría que consumieran toneladas exorbitantes de comida. Tantas, que probablemente la Tierra no habría sido capaz de dar cobijo a todos ellos. Pero, paradójicamente, calentar o enfriar por fuerzas externas sus cuerpos masivos habría requerido también mucho tiempo, y esto no es viable.
Unos investigadores de las universidades de Nuevo México, Arizona y del Instituto Santa Fé, en Estados Unidos, decidieron escoger una aproximación diferente para comparar lo que sabemos sobre el metabolismo de los dinosaurios respecto a otros animales actuales. Un indicador de qué tan alto es el metabolismo es la tasa de crecimiento corporal. A mayor metabolismo, el crecimiento es más acelerado. Y una manera de medir la tasa de crecimiento es a través de los anillos de crecimiento en los huesos. Afortunadamente, sí contamos con algunos huesos de dinosaurio.
Después de escoger 21 especies de dinosaurio (entre ellas, algunas tan diferentes como el Tiranosaurio y el Apatosaurio) calcularon, a través de sus huesos fósiles, qué tan rápido crecían los dinosaurios en relación a su masa corporal. Después compararon esta información con otras 360 especies de distintos mamíferos, aves, peces y reptiles.
Los resultados indican que los dinosaurios no eran ni de sangría fría (ectotermos) ni de sangre caliente (endotermos), sino algo en medio: mesotermos. Esto quiere decir que regulaban su temperatura quemando energía, sí, pero no podían controlarlo de manera constante como mamíferos y aves. Los atunes, que también son mesotermos, pueden mantener temperatura de 20ºC casi todo el tiempo, excepto en aguas profundas y muy frías, cuando baja su temperatura y su metabolismo.
Sin embargo, todavía existe entre la comunidad científica la duda de si todos los dinosaurios habrán adoptado esta estrategia metabólica. “Probablemente existía cierta variedad, pero yo creo que la mayoría eran mesotermos”, sentencia John M. Grady, autor principal del estudio.
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[Imagen tomada de este sitio].
Artículo original aquí.
Información en el blog de Ed Yong (en inglés).
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