Cómo el cerebro reconoce los sonidos en el habla

Cómo el cerebro reconoce los sonidos en el habla

Cuando los seres humanos escuchamos que alguien está hablando en nuestro mismo idioma, la gran mayoría de las veces le entendemos, sin importar su pronunciación o su acento. Los estudiosos del tema, que van desde lingüistas hasta neurólogos, consideran que nuestra capacidad de hacer un análisis perceptual del habla es una característica impresionante. Esto es porque debido a que el discurso tiene señales acústicas variables y altamente complejas, nuestra habilidad para romper instantáneamente la señal en fonemas individuales, para después volver a construirlos en palabras, oraciones y significado, es extraordinaria.

Trabajos anteriores han analizado las respuestas de nuestro cerebro ante sonidos del habla. Ahora, un trabajo realizado por cuatro investigadores de la Universidad de California se basó en el habla natural de oraciones que contenían fonemas en inglés totalmente inventados, para entender qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando interpretamos los sonidos.

Para capturar los cambios rápidos en el cerebro que ocurren cuando se procesa el habla, los autores de este trabajo reunieron datos a partir de aparatos que colocaron en la superficie de los cerebros de seis pacientes durante su cirugía para la epilepsia. Los participantes escucharon 500 oraciones únicas en inglés, habladas por 400 personas, mientras los investigadores grabaron la actividad de una zona del cerebro llamado ‘giro temporal superior’, relacionada con la percepción del habla.

A pesar de que otras investigaciones han mencionado que las células en el giro temporal superior responde a los fonemas, estos científicos observaron que dicha región responde a los rasgos fonéticos distintivos.

Los lingüistas usan el término de rasgos fonéticos para nombrar aquellas firmas acústicas que generamos cuando movemos los labios, la lengua y las cuerdas vocales. Por ejemplo, cuando mencionamos una ‘p’, utilizamos los labios para obstruir el aire que fluye desde nuestros pulmones. Cuando lo liberamos, hay una pequeña explosión de aire que los lingüistas llaman “consonante plosiva”. La articulación de dichas consonantes, que incluyen también a la ‘t’ o a la ‘k’, generan un patrón acústico común.

Esta investigación mostró que ciertas regiones del giro temporal superior están sintonizadas con la suficiente precisión como para que se activen cuando escuchan ciertos rasgos fonéticos y no cuando escuchamos fonemas individuales, esto es, como una ‘b’ o una ‘z’.

Con esto, los investigadores aseguran que el cerebro tiene una organización sistemática para escuchar rasgos fonéticos individuales, que en la lingüística son como los elementos de la tabla periódica para la química.

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Fuentes:

Artículo originalNota fuente de Sciencedaily.

 Imagen tomado de este sitio.

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