¡Agua a la vista!

¡Agua a la vista!

Un grupo de astrofísicos de las Universidades de Warwick y Cambridg, han reportado la primera evidencia de un planeta rocoso, fuera de nuestro sistema solar, rico en agua, a tan solo 170 años luz de distancia y alrededor de una enana blanca.

Imaginen que toda el agua de nuestro querido planeta Tierra, en comparación con toda la masa que lo conforma, tan solo representa 0.023% de la masa total, así que, cuando los astrofísicos usan la palabra “rico en agua” se refieren a un planeta cuya masa total de agua equivalía al 23% de la masa total de todo el planeta. Y decimos “equivalía” ya que, los resultados provienen de la observación de escombros y polvo que antes formaban al húmedo planeta.

El agua fuera de nuestro sistema solar no es cosa nueva, pues ya se había observado de gigantes gaseosos; sin embargo, es la primera vez que se observa en un cuerpo rocoso.

Los investigadores sugieren que lo más probable es que el agua detectada alrededor de la enana blanca, de nombre GD 61, provenga de un planeta menor de al menos 90 km de diámetro, pero potencialmente de mayor tamaño, que alguna vez orbitó a su estrella madre. Sin embargo, debido a que sus observaciones son de la “historia reciente”, los estimados de su masa son un tanto conservadores.

Aproximadamente hace 200 millones de años, GD 61, que se presume era más grande que el sol, comenzó a “morir” y se transformó en la enana blanca que es ahora, pero partes de su sistema planetario sobrevivieron. El planeta menor fue sacado de su órbita y fue jalado a una órbita mucho más cercana, en donde fue destrozado por la fuerza gravitacional de su madre. Sin embargo, los investigadores piensan que, para sacar de orbita al planeta menor, se requeriría la fuerza de otro planeta más grande que, por el momento, aún no se ha observado.

“En este punto de la existencia, todo lo que queda de este cuerpo rocoso es, simplemente, polvo y escombros que ha sido jalado a la órbita de la enana blanca. Sin embargo, este cementerio planetario que gira alrededor de la estrella es una rica fuente de información que nos dice como era. En estos restos quedan pistas químicas que señalan la existencia previa de la existencia de un cuerpo rocoso rico en agua” comentó Boris Gänsicke, del departamento de Física de la Universidad de Warwick.

Por otro lado, Jay Farihi, investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge y líder de la investigación, comenta “Estos bloques constructores ricos en agua, y los planetas que construyen, pueden de hecho ser comunes. Un sistema no puede crear cosas tan grandes como los asteroides y evadir el construir planetas, y GD 61 tenía los ingredientes para entregar mucha agua a sus superficies. Nuestros resultados demuestran que definitivamente había potencial para planetas habitables en este sistema exoplanetario”.

Las observaciones se realizaron con el telescopio espacial Hubble y con el gran telescopio Keck, en Hawaii. Ambos telescopios obtienen datos que permiten a los investigadores identificar diferentes elementos químicos que se encuentran alrededor de las capas externas de la enana blanca. Usando un modelo computacional de la atmosfera de la enana blanca, desarrollado por Detlev Koester, de la Universidad de Kiel, permite inferir la composición química del ahora, planeta menor destruido.

En la imagen observamos la impresión artística de un asteroide rico en agua siendo destruido por las fuerzas gravitacionales de una enana blanca. Realizada por Mark A. Garlick de http://www.space-art.co.uk/ tomado de la nota fuente.

Fuente en la Universidad de Warwick.

Artículo en Science.

via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/64349948714

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