Y el Nobel de Física va para…
En 1964, Peter Higgs y otros físicos teóricos como François Englert propusieron de manera independiente la existencia de la partícula de Dios, como sería llamada más tarde: un campo de fuerza invisible que rige todo el Universo. Las demás partículas fundamentales –como los electrones o los quarks– que conforman a los átomos y, por tanto, a toda la materia viva e inerte, obtendrían su masa al interactuar con esta partícula divina.
Sin ella, no habría astros ni planetas ni humanos. Sólo existiría un espacio donde infinitas partículas se desplazarían a la velocidad de la luz. Un espectáculo insulso con ningún espectador para observarlo.
48 años después de espera, las predicciones teóricas de Peter y François fueron confirmadas cuando el 4 de julio de 2012 se demostró, de manera experimental y con ayuda del Gran Colisionador de Hadrones, la existencia de la partícula que adoptó el apellido del investigador británico: el bosón de Higgs. La maldita partícula, nombre que se le atribuiría por lo difícil que fue encontrarla, por fin había sido descubierta.
A un año del exitoso experimento, Peter y François son reconocidos por sus esfuerzos teóricos que les ha valido el máximo galardón de la Real Academia Sueca de las Ciencias: el premio Nobel. La distinción se les otorga “por el descubrimiento teórico de un mecanismo que contribuye a nuestro entendimiento sobre el origen de la masa de partículas subatómicas, el cual fue recientemente confirmado a través del descubrimiento de la partícula fundamental predicha gracias a los experimentos ATLAS y CMS en el Gran Colisionador de Hadrones del CERN [Organización Europea para la Investigación Nuclear]”.
Ambos investigadores eran los favoritos en la contienda. De hecho, Peter Higgs desapareció para descansar de la prensa el resto de la semana. Englert, por su parte, recibió la noticia por teléfono. “Se imaginarán, por supuesto, que esto no es muy desagradable. Estoy muy feliz de tener el reconocimiento”, comentó el científico belga durante el evento de premiación.
No es para menos: según Martin Archer, físico del Colegio Imperial de Londres, “el bosón de Higgs es la última parte faltante de nuestra comprensión actual de la naturaleza más fundamental del universo”. Aunque algunos no son tan entusiastas y opinan que esta no es la pieza final en el rompecabezas del cosmos, lo cierto es que rellena uno de los huecos más profundos de la física moderna.
Sea cual sea la verdad, ahora unos octogenarios Peter Higgs y François Englert observan aliviados el rostro de Alfred Nobel grabado en sus merecidas medallas.
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[François Englert, de barba, platica con su colega Peter Higgs. Foto tomada de este sitio].
Peter Higgs escribió una crónica sobre el descubrimiento de esta partícula en la Smithsonian Magazine.
Aquí puedes escuchar la llamada a Fraçois Englert cuando le avisaron de su reconocimiento.
Dennis Overbye, periodista científico del periódico The New York Times, escribió un reportaje increíble sobre el bosón de Higgs y el Gran Colisionador de Hadrones.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/63520537818