El florecimiento de luceros en las profundidades
En el fondo del Mediterráneo, cerca de las costas del sur de Francia, hay un telescopio submarino que fue construido para detectar neutrinos provenientes de las estrellas. Sin embargo, ocasionalmente también tiene ojos para las radiaciones de otros cuerpos luminosos. Estamos hablando de las bacterias y otros organismos del fondo del mar que, al más puro estilo astronómico, emiten su propia luz.
Gracias al telescopio sumergido ANTARES, un grupo internacional de científicos ha descubierto que los organismos bioluminiscentes que habitan el fondo del Mediterráneo siguen un calendario regulado por los cambios en el agua marina. A lo largo de 3 años consecutivos, los instrumentos del telescopio detectaron un aumento en la intensidad de la luz durante varias semanas que duplicaba la que normalmente encontraban. A los 2.5 kilómetros de profundidad a la que se encuentra el ANTARES, la única luz en el agua proviene de los seres vivos que viven ahí. Los científicos se explicaron este aumento con un florecimiento de los organismos marinos, y creen que la mayor parte de ellos son bacterias.
Estos florecimientos ocurrían en los inviernos. Durante esa época del año, las capas superficiales de agua de esa zona del Mediterráneo se enfrían y se hacen más densas, lo cual provoca que se hundan. El agua desplazada del fondo sube a la superficie, vuelve a enfriarse y el ciclo se repite. A veces pasa algo parecido en la olla de la sopa. La consecuencia de este ciclo de convección es que los nutrientes de las aguas superficiales llegan al fondo… y los organismos del lugar brillan de contentos.
El estudio, coordinado por Christian Tamburini y Stéphanie Escoffier, es el primero en el que se reporta un cambio en la bioluminiscencia de los organismos del fondo del mar (cariñosamente llamados batipelágicos) por causas naturales. Antes, los medios para estudiar el brillo de los organismos marinos era literalmente golpearlos hasta que echaran luz, algo que puedes probar tú mismo si tienes la suerte de que lleguen a tu playa más cercana. Sin embargo, gracias a los instrumentos del telescopio ANTARES, que se basan en métodos de investigación no violentos, fue posible observar cuándo estos seres emitían más luz y cuándo menos.
Los investigadores también predicen que estos florecimientos de luceros submarinos se modificarán en el futuro conforme el clima global cambie. Es probable que durante los inviernos siguientes las capas superficiales del mar no se enfríen lo suficiente como para hundirse, con lo cual se privará de un banquete a los luminosos batipelágicos. Los investigadores no pintan un bonito escenario futuro, pero aseguran que ellos y su telescopio estarán ahí para verlo de cerca.
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En la imagen, bacterias bioluminiscentes. Tomada de este sitio.
Aquí la nota fuente.
Aquí el artículo original, de libre acceso, publicado en la revista PLoS One.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/57479665834