Hay valientes jóvenes pero no valientes viejos.
Un estudio realizado por parte de la Universidad de Zurich por Anna Lindholm y Yannick Auclair en ratas hembras del hogar, encontró la existencia de una correlación entre la longevidad y la personalidad del animal y la necesidad de un poco de audacia para sobrevivir.
Con base en que en los humanos un comportamiento riesgoso puede llevar a una muerte prematura, los investigadores quisieron aplicar y observar si sucedía lo mismo en los animales. Esto se llevó a cabo por medio de grabaciones con las cuales evaluaron: audacia, niveles de actividad, tendencia de exploración e ingesta de energía con dos variantes alélicas en el cromosoma 17. Probando así predicciones de la “Teoría de historias de vida” en cuanto a cómo los individuos invierten de manera óptima en su crecimiento y reproducción. Que de acuerdo con la teoría, los individuos con mayor expectativa de vida expresarán rasgos de personalidad reactiva y serán tímidos, menos activos y menos exploradores que los individuos con una menor expectativa de vida.
Los resultaros mostraron que los ratones hembras con el haplotipo t (en ratones es un elemento genético egoísta natural), una de las dos variantes genéticas en el cromosoma 17, viven más. Este haplotipo se transmite al 90% de las crías cuando los padres machos son portadores. Sin embargo, crías que heredan el haplotipo por parte de los dos padres, mueren antes de su nacimiento. Con base en esto se buscó la correlación entre el elemento genético egoísta y la personalidad de los ratones.
Por otra parte, los investigadores revelaron que las hembras con el haplotipo t de vida más larga son menos activas que las hembras de vida corta (sin haplotipo t). Además, consumían menos comida, exploran menos y expresan rasgos de personalidad reactiva que favorecen la precaución y la conservación de la energía. Como se predice en la teoría. “Por primera vez, reportamos rasgos de la personalidad que se asocian a un elemento genético egoísta que influye en la expectativa de vida”, comentó Auclair.
En contraste con la teoría, no hay hembras con haplotipo t extremadamente individualistas. Los investigadores suponen que la selección no favorece a los ratones que son muy precavidos ya que “Para que un ratón encuentre comida y sea capaz de reproducirse, claramente es necesario un nivel mínimo de audacia”, dice Auclair.
En la imagen vemos al maestro Splinter, quien seguramente es una rata compartida y de una personalidad equilibrada. Rasgos que seguramente son importantes para enseñar artes marciales a tortugas mutantes. Realicada por A. C. Farley y tomada de aquí
Fuente en la Universidad de Zurich
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/54919749781