La piel súpersensible de los cocodrilos
Si alguna vez has abrazado a un cocodrilo, seguro te habrás dado cuenta que su cuerpo es duro y correoso. Además de tener una piel impermeable formada por varias capas de queratina, los cocodrilos y sus parientes (lagartos, caimanes, aligátores y gaviales) tienen apéndices en forma de escamas que les proveen protección contra golpes, temperaturas extremas o compuestos químicos. Son de los animales mejor protegidos contra las inclemencias del ambiente o los abrazos indeseados.
Con una piel tan dura y protegida, se podría pensar que los cocodrilos están aislados del mundo exterior, que apenas y se enteran de lo que pasa alrededor de ellos. Sin embargo, en un estudio publicado esta semana en la revista EvoDevo, se demostró que su piel tiene sensibilidad extraordinaria para diferentes estímulos ambientales.
Los autores del estudio, Nicolas Di-Poï y Michel C. Milinkovitch, de la Universidad de Geneva, estudiaron unos pequeños órganos sensores entre las escamas de la cabeza de dos especies de cocodrilos. Hicieron estudios de la estructura tisular y celular de los sensores, así como su desarrollo embriológico y la eficacia de sus funciones de sensibilidad. Encontraron que esos órganos están equipados con receptores para señales mecánicas y térmicas y para reconocer compuestos químicos.
Esto significa que los cocodrilos pueden sentir los cambios en la presión del agua, los cambios en la temperatura de sus alrededores y en cierto sentido “oler» con su piel. Ningún otro vertebrado tiene tanta sensibilidad en la superficie de su cuerpo.
Así pues, la próxima vez que abraces un cocodrilo, recuerda que se va a dar cuenta enseguida si te bañaste bien.
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Nota fuente.
Vista previa del artículo original, en la revista EvoDevo.
Imagen tomada del perfil de Flickr de Rein Rache.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/54531651657
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