“Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para……

“Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para… el hombre también”, ¿o cómo era?

El estudio de variantes lingüísticas del inglés puede ayudar a descifrar lo que en verdad quiso decir el primer hombre que pisó la luna.

El 21 de julio de 1969, a las 2:56 del tiempo internacional coordinado, Neil Armstrong pisó la luna. Más de 450 millones de personas miraban o escuchaban la transmisión en directo. Cuando el astronauta pronunció su famosa frase “es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”, a todos les pareció escuchar “el hombre” en lugar de “un hombre”. Pero el mensaje era tanto emotivo como claro: la humanidad había llegado a límites que antes sólo había soñado.

La frase de Armstrong se ganó un lugar en los libros de historia, pero siempre existió duda sobre lo que en realidad dijo el astronauta. ¿Fue “one small step for man” (un pequeño paso para el hombre) o “one small step for a man” (un pequeño paso para un hombre)? En la primera opción, se entiende que Armstrong habla de la humanidad en su conjunto; pero así la frase completa se convierte en una contradicción: “un pequeño paso para la humanidad, un gran salto para la humanidad”. En la segunda alternativa Armstrong se refiere a sí mismo, y es lo que tiene más sentido en vista de un hecho histórico de gran importancia. El problema es que eso no es lo que se le escucha decir al astronauta (como se oye en los archivos de audio de la NASA: http://www.nasa.gov/mission_pages/apollo/apollo11_audio.html ). ¿Entonces qué pasó?¿Lo traicionaría la emoción? ¿Se le trabó la lengua? ¿Se le olvidó el artículo? ¿Lo pensó pero no lo dijo?

Durante mucho tiempo, Armstrong defendió que había dicho “for a man”, porque era la única frase que tendría sentido, aunque en 1999 reconoció que él tampoco era capaz de escuchar esa “a” en las grabaciones. En 2006, Peter Shann Ford, un programador australiano, analizó las ondas de audio de la frase con ayuda de un software especial y afirmó haber encontrado la onda de esa vocal escurridiza. Explicó que a pesar de que la palabra se había pronunciado, era inaudible debido a la tecnología de la época. Sin embargo, quizá el argumento más fuerte para reivindicar a Armstrong no sea saber qué fue lo dijo, sino lo que en realidad quería decir. Él siempre juró y perjuró que lo había dicho bien, pero, además de sus promesas de astronauta, ¿existe alguna otra forma de saber qué fue lo que en realidad quiso decir?

La dialectología puede ayudar a resolver la cuestión. Esta rama de la lingüística se dedica a estudiar las variantes geográficas, temporales o sociales de las lenguas. Un equipo de lingüistas y psicólogos de Estados Unidos han propuesto métodos dialectológicos para resolver la polémica en torno a una de las frases más famosas de la historia. Los investigadores parten de la idea de que, en ciertos dialectos, algunas palabras cortas muy comunes se pueden omitir en el habla cotidiana. Sin embargo, se puede averiguar si la palabra se pronuncia o no al estudiar exactamente en qué casos de ese dialecto sucede la omisión. Así, la mejor forma de saber lo que Armstrong quiso decir sería escuchar cómo pronuncian “for a” los habitantes de Wapakoneta, Ohio, el pueblo natal del astronauta, cuando en efecto quieren decir “for a”. Es posible que en su pueblo sea normal comerse las vocales de los artículos indefinidos, algo parecido a como los rioplatenses aspiran las eses o los mexicanos del altiplano central se comen las vocales intermedias.

Los autores del estudio encontraron que los wapakonetenses efectivamente tienden a comerse la “a” después de un “for”, pero no siempre. La duda persistía. A los investigadores se les ocurrió entonces cronometrar la duración del “for” de ambos casos para compararla con la duración del “for” de Armstrong. Desafortunadamente, en el audio de la NASA, la duración del “for” cae justo entre las dos alternativas. “La cita del alunizaje es sumamente compatible con cualquiera de las dos interpretaciones”, dicen los autores del estudio. No es posible resolver la cuestión, al menos desde la dialectología. El equipo presentará sus resultados en el Congreso Internacional de Acústica la semana entrante en Montreal.

Aunque esta investigación no puede decir con seguridad qué es lo que realmente quiso decir Armstrong cuando se convirtió en el primer hombre en pisar la luna, representa una gran oportunidad para mostrar lo complejos que son los procesos de codificación del lenguaje. Por un lado, somos capaces de reconocer palabras individuales a partir de una serie de sonidos que parecen continuos, le damos sentido a esas palabras y aunque a la otra persona se le lengue la traba, diga una costra porosa o se coma una vocal de vez en cuando, casi siempre acertamos. Por otro lado, este caso también refleja que, por muy buenos que seamos para interpretar, siempre puede haber problemas al entender una variante lingüística distinta a la nuestra. La lección entonces sería que si algún día pronunciamos palabras que serán recordadas por toda la historia, no olvidemos pronunciarlas fuertes y claras.

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En la imagen, el astronauta de Wapakoneta pronunciando su famosa frase. Tomada del sitio listas.20minutos.es
Aquí el resumen del estudio que los investigadores presentarán en el congreso: http://asa.aip.org/web2/asa/abstracts/search.jun13/asa1585.html
Aquí una nota de la Sociedad Acústica de América sobre el estudio (en inglés): http://www.newswise.com/articles/native-ohioans-speaking-patterns-help-scientists-decipher-famous-moon-landing-quote
Y aquí una nota sobre la polémica del diario español El Economista: http://ecodiario.eleconomista.es/eeuu/noticias/4508219/01/13/Un-pequeno-paso-para-el-hombre-un-gran-paso-para-la-humanidad-no-fue-improvisado.html

via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/52022388672

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