Fotografiar muertos, todo por la ciencia
Un grupo de científicos ingleses excéntricos se excusaron en el dicho “todo sea por la ciencia” y fotografiaron la descomposición de seis especies, como tiburones gato, pez lanceta y lampreas, consideradas similares a los primeros vertebrados . El objetivo era estudiar las secuencias de cambio y pérdida durante el decaimiento de estructuras anatómicas clave. Con esto, los investigadores fueron capaces de reconstruir patrones de descomposición comunes entre estos organismos y, entonces, relacionarlos con fósiles de organismos aparentemente relacionados.
Con toda esta serie de fotografías, los investigadores hicieron un Atlas del Decaimiento de Vertebrados, trabajo que busca ayudar a los paleontólogos en la identificación de criaturas antiguas, cuyos restos fueron aplastados y mezclados durante el proceso de fosilización.
Los paleontólogos tienden a comparar las estructuras fosilizadas con las de organismos actuales, pero a veces eso es un problema, como menciona Mark Purnell de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, y uno de los autores del trabajo: “muchos fósiles preservan restos descompuestos, por lo que debemos comparar los fósiles con estructuras en descomposición y no con organismos vivos. Sin embargo, comúnmente no hay bases de datos de cómo se ven los organismos en descomposición”. Como mencionan los autores, muchas veces las partes del cuerpo más útiles para identificar a un organismo son las que primero se descomponen. Por ejemplo, los músculos se pueden desintegrar en meses y las manchas oculares son más propensas al decaimiento que los llamados ojos complejos.
Este atlas ya está dando pistas y sirviendo de guía; por ejemplo, el registro de la descomposición de un tiburón es muy similar a un fósil enigmático de 400 millones de años, que podría ser un ancestro de vertebrados.
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Aquí pueden encontrar el artículo original con, por supuesto, todas las fotos de descomposición.
Aquí la nota de Science, de donde se tomó la cita de Purnell y la imagen.
Imagen: Arriba, se ve el hocico de una lamprea (extrema izquierda) que se desintegró a unos huesos (extrema derecha) a los 296 días. Abajo, el cráneo de un pez bruja (extrema izquierda) casi desaparece (extrema derecha) a los 48 días. Tomada de la nota de Science.
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/51480262961