Todos llevamos un Matt Murdock dentro, pero hay que estar ciegos para darse cuenta
Cuando caminaba de la mano de su padre por las calles del hostil barrio de Hell’s Kitchen, el pequeño Matt Murdock presintió un desastre. Corrió hacia el hombre ciego que estaba a punto de ser atropellado por un camión que transportaba desechos radiactivos y logró salvarlo… pero él quedaría ciego de por vida. Sin embargo, con el tiempo desarrollaría sus otros sentidos, entre ellos, el del oído, el cual le permitiría hacerse una imagen de su mundo escuchando como el sonido rebota en las cosas y las personas. Así comienza la historia de Daredevil, el superhéroe de Marvel Comics, pero su historia también podría ser la de cualquier niño ciego… e incluso de adultos con completo sentido de la vista.
Es bien sabido que murciélagos y delfines se guían al emitir sonidos de altas frecuencias y luego escuchar cómo rebotan en los objetos a su alrededor. Lo que no se sabe tan bien es que hay personas ciegas que también saben utilizar esta habilidad, llamada ecolocalización. Hacen chasquidos con su lengua, truenan los dedos o golpean con un bastón para guiarse en su entorno y lo hacen con una maestría tal que incluso pueden andar en bicicleta o jugar basketball. La ecolocalización humana se reportó de manera científica desde la primera mitad del siglo pasado. Sin embargo, en estos últimos años se ha avanzado mucho en saber exactamente cómo funciona.
Por un lado, algunos estudios han reportado que tanto personas ciegas de nacimiento, como personas que quedaron ciegas a lo largo de su vida pueden aprender a ecolocalizarse. Existe una organización, fundada por un excelente ecolocalizador que quedó ciego a los 13 meses, llamado Daniel Kish, que se dedica a enseñar a niños ciegos las técnicas necesarias para guiarse en el mundo a través de los ecos de los chasquidos de su lengua ( www.worldaccessfortheblind.org/ ). Pero también se ha encontrado que personas con completo sentido de la vista pueden desarrollar esta habilidad. En experimentos recientes, como el de Santani Teng y David Whitney de la Universidad de California Berkeley, se ha encontrado que personas no ciegas pueden entrenar su sentido de la ecolocalización en pocas sesiones con los ojos vendados.
Por otro lado, una pregunta que los científicos se han hecho es si la ecolocalización proviene de un mejor sentido del oído o de otras capacidades de percepción desarrolladas por los ciegos. Puesto de otra forma, ¿qué pasa en el cerebro durante la ecolocalización? En un estudio reciente, realizado por Lore Thaler y su equipo de la Universidad de Ontario Occidental y el Instituto Rotman de Investigación en Canadá, se analizaron qué zonas del cerebro se activan cuando una persona ciega se guía por la ecolocalización. Los investigadores analizaron por medio de resonancia magnética a dos personas ciegas (el mismo Daniel Kish era una de ellas) y a dos personas no ciegas mientras ubicaban objetos por los ecos de sus propios chasquidos. Encontraron que las personas ciegas utilizaban el córtex calcarino, una zona del cerebro normalmente dedicada a la visión, cuando escuchaban sus propios ecos. Cuando escuchaban sonidos del entorno no producidos por ellos, esa zona no se activaba. Interesantemente, las personas ciegas no salieron mejor en las pruebas auditivas que las personas no ciegas. Para los investigadores, esto sugiere que no es que los ciegos escuchen mejor, sino que su cerebro se reorganiza y le saca todo el jugo a los sentidos que tiene disponibles.
Estos experimentos dicen que el córtex calcarino en realidad no está apartado para los estímulos visuales, sino para el procesamiento de información espacial. En ausencia de información visual, el cerebro utiliza cualquier estímulo sensorial que le diga algo sobre su entorno. La ecolocalización parece ser el sustituto perfecto para la vista. Desgraciadamente, esto también significa que las personas que pueden ver no podrían desarrollar el sentido de la ecolocalización a menos que renunciaran a sus ojos… al menos por un tiempo.
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En la imagen, Daredevil dibujado por Michael Lark en el panel de arriba. Abajo a la izquierda, Daniel Kish en bicicleta. Abajo a la derecha, las imágenes de resonancia magnética que muestran el córtex calcarino activo (en amarillo) en el cerebro de Daniel Kish mientras ecolocaliza.
Aquí dos videos: uno de Daniel Kish andando en bicicleta y encontrando una pelota a la mitad de un parque, y otro de un muchacho ciego de 16 años, Ben Underwood, patinando y jugando videojuegos.
Aquí el artículo de Thaler y su equipo, publicado en PLoS ONE en 2011.
Aquí la investigación de Teng y Whitney, publicada en el Journal of Visual Impairment & Blindness en 2011.
Y aquí un excelente artículo de divulgación sobre la ecolocalización (en inglés).
via Tumblr http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/50994911500
Hola somos estudiantes del Instituto Asunción de México, se nos pidió hacer una investigación a cerca de este tema y nos gustaría contactarnos con usted para que así nos pueda contestar algunas dudas.
Esperamos su respuesta.
¡Hola!
Claro, en lo que podamos ayudar. Si quieren, pueden escribirnos a nuestro correo historiascienciacionales@gmail.com para tener un contacto más directo.
¡Muchos saludos!